El cortometraje resulta simpático desde el comienzo. Algo novedoso sin duda es la figura del censor en aquellos años donde la dictadura imponía su moral. Una figura muy poco tratada en el cine pero que obtuvo cierta relevancia.
El protagonista es un "pringado" que empieza mal y acaba del mismo modo pero que nos hace empatizar con él y su penosa situación.
Algo que me chocó bastante fueron determinados planos que no acababan de encajar en la narración y que te sacan momentaneamente de ella. Del mismo modo, los planos escogidos le dan un aire de irrealidad a la historia, que acaba pareciendo un poco surrealista, por lo que la situación del protagonista se hace un poco más patética a los ojos del espectador.
A pesar de lo comentado, no deja de ser una historia simpática sobre un españolito como tantos otros que se tuvo que ir de España en busca de algo mejor. Y claro no todos lo consiguieron y he aquí un buen ejemplo.

Lo de Kaplan como usuario me encanta ;)
ResponderEliminarey petarda pasaba por aqui a cotillear un poco
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